Cuando uno no corre con el tiempo el tiempo lo corre a uno a patadas. No funciono con la mecánica Twitter: no bien vi que había escrito seis entradas en el mes, decidí parar el Cuaderno hasta noviembre. Pasaré unas semanas sin publicar, pensé, total nunca pasa nada digno de mención. Y ahí nomás viene el censo. Y ahí nomás muere Mariano Ferreyra. Y ahí nomás muere Kirchner. Es que es nomás que uno decide no escribir para que pasen todas las cosas del mundo.
No quiero sumarme a la millonada de gente que escribe cartitas apretadas y lagrimeantes, pero es lo que sale, qué le voy a hacer. Soy de los que nacieron en el noventa —más o menos—, soy de los criados por Ménem: me acostumbré a que mi presidente sea un enemigo. Soy también un nene de segunda posición, no como el General, y aprendí a repudiar el neoperonismo. Este tipo Kirchner rompió muchos supuestos, cosas que yo daba por sentado, sobre todo las que acabo de nombrar. No me aperonizó, de la misma manera que no me hizo confiar de pronto en todos los presidentes. No me olvido de que la erradicación de las clases es más importante que la conciliación de clases, ni de que la participación de los trabajadores en las ganancias de una empresa es apenas la sombra de la sombra del respiro del recuerdo vago de la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción. Pero tampoco creo en la Revolución de la noche a la mañana, y en medio de las posturas indefendibles, que las tuvo y a montones, se hizo el tiempo para merecerse uno que otro aplauso.
No fue el Che ni Walsh ni Zapata ni San Martín ni Artigas, pero fue un hombre justo, a su manera, y yo aprendí a respetarlo. Tampoco quiero caretearla: su presidencia me resbaló soberanamente. Yo era muy chico —lo soy todavía— y si hay algo de kirchnerista en mí, es por Cristina y nació en el dos mil ocho. Pero el cuadro de Videla está donde está, en el mismo lugar que las leyes de impunidad, y eso no es meramente simbólico.
Ah, y en otro orden de cosas, el otro día volví con mi novia. Y sí, estoy bastante contento al respecto. Nada más, hasta el mes que viene.
No quiero sumarme a la millonada de gente que escribe cartitas apretadas y lagrimeantes, pero es lo que sale, qué le voy a hacer. Soy de los que nacieron en el noventa —más o menos—, soy de los criados por Ménem: me acostumbré a que mi presidente sea un enemigo. Soy también un nene de segunda posición, no como el General, y aprendí a repudiar el neoperonismo. Este tipo Kirchner rompió muchos supuestos, cosas que yo daba por sentado, sobre todo las que acabo de nombrar. No me aperonizó, de la misma manera que no me hizo confiar de pronto en todos los presidentes. No me olvido de que la erradicación de las clases es más importante que la conciliación de clases, ni de que la participación de los trabajadores en las ganancias de una empresa es apenas la sombra de la sombra del respiro del recuerdo vago de la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción. Pero tampoco creo en la Revolución de la noche a la mañana, y en medio de las posturas indefendibles, que las tuvo y a montones, se hizo el tiempo para merecerse uno que otro aplauso.
No fue el Che ni Walsh ni Zapata ni San Martín ni Artigas, pero fue un hombre justo, a su manera, y yo aprendí a respetarlo. Tampoco quiero caretearla: su presidencia me resbaló soberanamente. Yo era muy chico —lo soy todavía— y si hay algo de kirchnerista en mí, es por Cristina y nació en el dos mil ocho. Pero el cuadro de Videla está donde está, en el mismo lugar que las leyes de impunidad, y eso no es meramente simbólico.
Ah, y en otro orden de cosas, el otro día volví con mi novia. Y sí, estoy bastante contento al respecto. Nada más, hasta el mes que viene.
3 comentarios:
¿qué quiere decir "aperonizó"?
aperonizar. (De Perón). tr. Arg. Volver a alguien peronista. U. t. c.
prnl.
De acuerdo a mi reciente investigación por Google, únicamente usado en la historia de la humanidad por mí y por un tal Me la chupan en el segundo comentario de un artículo sobre la venta de un autógrafo de Gardel.
Bueno, acá hay una investigación un poco más exhaustiva... La pucha, parece que es un término bastante gorila.
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