domingo, 9 de mayo de 2010

Salen dos al cubo

Estoy leyendo el Análisis de textos de comunicación de Menguenó y no tengo tiempo de pensar cosas ingeniosas para escribir, así que me limitaré a contar algo sobre mí. Llegó la hora de las confesiones:

Siempre me gustó el número ocho. Desde chico. Me sentía cómodo porque si lo dividía por dos no había problema, lo podía dividir por dos otra vez y hasta una vez más sin tener que lidiar con los decimales irreverentes.
De los números pares, el ocho debe ser el más par de todos. Por lo menos de los pares chicos, los que uno escucha y puede representar gráficamente con porotos sin demorarse demasiado.
Así como Xul Solar inventaba sistemas de medición de doce grafismos, si yo alguna vez hago uno va a ser de ocho. (No que no me guste el doce, ojo, que es un número muy lindo.)

Por eso Una suerte de cuaderno tiene en la página principal ocho entradas visibles y no siete, que es lo que te da Bloguer por defecto. Odio el número siete. ¿Soy rebelde por eso?

¿Es de rebelde escribir Menguenó y Bloguer en vez de Maingueneau y Blogger? Si la respuesta es no, no se molesten en contestar.

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